sábado, 13 de noviembre de 2010

7 métodos ancestrales de control de natalidad




 
Este año se celebran los 50 años de la píldora anticonceptiva. Muchos consideran que esta pastilla le dio poder a la mujer y encendió la revolución sexual. Pero, como muestra esta lista, las mujeres han tenido algún tipo de control de su reproducción desde hace milenios, aunque algunos de estos métodos hayan sido mucho más terroríficos que los actuales. 

Para ser incluido en esta lista, el método anticonceptivo debía de ser de alguna manera efectivo. Existen registros de mujeres de la antigua Roma que confiaban en danzas o amuletos para prevenir un embarazo y podemos asumir que ambos métodos no ayudaban mucho que digamos. Corriendo el riesgo de levantar controversia, esta lista contiene los dos tipos de anticonceptivos: los que evitan que la esperma fertilice el huevo y los que tienen efectos abortivos (como la ‘píldora del día siguiente’). Para mantenerlo interesante, esta lista contienen los métodos que son considerados inusuales hoy en día y no aquellos que todavía podrías ser practicados. Esta es la lista, sin ningún tipo de orden en particular: 


Limones
Se dice que el ácido cítrico tiene propiedades espermicidas. Las mujeres solían remojar esponjas en jugo de limón e insertárselas vaginalmente. Este era un método anticonceptivo bastante difundido en las antiguas comunidades judías, tanto que hasta es mencionado en el Talmud. La esponja misma actuaba como una barrera física entre el esperma y el cuello uterino. Se dice que el gran mujeriego Casanova insertaba la cáscara de medio limón en sus amantes a modo de un diafragma primitivo y jugo del limón servía para aniquilar a los espermatozoides. Las duchas de jugo de limón después del coito también eran recomendadas como anticonceptivos, pero este método era menos efectivo. Sorprendentemente, algunos practicantes de la medicina alternativa sugieren que enormes cantidades de vitamina C pueden causar que una mujer de menos de 4 semanas de embarazo tenga un aborto. 

Ayuda vegetal
La ‘Queen Anne´s Lace’ (Encaje de la reina Ana) o también llamada zanahoria salvaje es una planta que crece, principalmente, en Norteamérica. Desde hace milenios, sus semillas han sido utilizadas como anticonceptivos. Las semillas de bloquean la síntesis de la progesterona, interrumpiendo la implantación y son más eficaces como la anticonceptivo de emergencia, ya que se puede tomar hasta después de ocho horas de exposición a la esperma, como una suerte de ‘pastilla del día siguiente’. El consumo de esta planta casi no ocasiona ningún efecto secundario (salvo una ligera constipación) y en el momento en que la mujer deja de tomarla puede concebir sin ningún problema. El único problema de esta planta es confundirla con una muy parecida, pero sumamente venenosa llamada Hemlock. 

Dong quai
Dong quai, también llamada ginseng hembra, ha sido durante mucho tiempo conocida por sus potentes efectos en el ciclo de una mujer. Las mujeres bebían un tónico elaborado con esta planta para ayudar a regular la menstruación, aliviar los dolores menstruales y ayudar al cuerpo a regenerarse después de la menstruación. Sin embargo, si se toma durante una fase temprana del embarazo, esta plantas provoca contracciones uterinas, induciendo el aborto. 

Ruda
La Ruda, una hierba de color azul-verde con hojas como plumas, se cultiva como planta ornamental y es conocida entre los jardineros por su resistencia. Su sabor es más bien amargo, pero puede ser usada en la cocina para agregar sabor. Soranus, un ginecólogo de la Grecia del segundo siglo, describe su uso como abortivo potente y las mujeres en América Latina tradicionalmente la han comido en ensaladas como anticonceptivo y lo han tomado en té como contraconceptivo de emergencia para inducir el aborto. Sin embargo, si la consumes regularmente, la Ruda disminuye el flujo sanguíneo en el Endometrio, provocando que esta pared deje de contener nutrientes esenciales para el embrión. 

Algodón
En el antiguo manuscrito médico del Papido de Ebers (1550 A.C.), se les aconsejaba a las mujeres que moler ciertos frutos, corteza del árbol de acacia y miel hasta convertir todo en una pasta. Aplicar esta mezcla a una ‘lana con semillas’ (algodón) e insertarla vaginalmente. Por supuesto, era lo que contenía el algodón antes que el material mismo el que prevenía el embarazo: el fermento de acacia y el ácido láctico es un conocido espermicida, pero el algodón sí servía como una barrera física entre en semen y el cuello uterino.
Curiosamente, sin embargo, las mujeres durante los tiempos de la esclavitud americana solían masticar la corteza de la raíz del algodón para evitar el embarazo. Esta contiene sustancias que interfieren con el cuerpo lúteo, que es el hueco dejado en el ovario cuando ocurre la ovulación. El cuerpo lúteo secreta progesterona para preparar el útero para la implantación de un óvulo fecundado. Al impedir las acciones del cuerpo lúteo, la corteza de la raíz del algodón detiene la producción de progesterona y evita que el embarazo pueda continuar. 

Papaya
En Asia meridional y el sudeste asiático, la papaya verde se utilizaba para prevenir o interrumpir el embarazo. Una vez que la papaya está madura, sin embargo, pierde los Fitoquímicos que interfieren con la progesterona y por lo tanto sus propiedades anticonceptivas y abortivas. Las semillas de la papaya, en realidad, podrían servir como un anticonceptivo masculino eficaz: si las semillas de papaya son tomadas todos los días, podría recortar la cantidad de espermatozoides de un hombre a cero. Lo mejor de todo es que la esterilidad es reversible. Si el hombre deja de tomar las semillas, su conteo de esperma volverá a la normalidad. 

Mercurio
Civilizaciones alrrededor del mundo, desde los antiguos asirios y egipcios hasta los griegos, estaban fascinados con el mercurio y convencidos de quye este tenía un valor medicinal. Convencidos de sus propiedades curativas, lo utilizaron para tratar casi todo, desde un sarpullido en la piel hasta sífilis. En la antigua China, se les aconsejaba a las mujeres que tomen mercurio caliente para prevenir el embarazo. Este era sumamente efectivo convenciendo al cuerpo femenino de que no estaba apto para afrontar un embarazo, ocasionando un aborto espontáneo. Sin embargo, como ahora todos saben, el mercurio es tremendamente tóxico. Este causa el mal funcionamiento de los riñones y pulmones, daños en el cerebro y hasta la muerte. En este punto, un embarazo era la última de sus preocupaciones. 
 

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