Las últimas revelaciones del portal de Internet Wikileaks carecen en su mayoría de valor político profundo y en ellas prevalece una “inmensa chismoografía, superficial y frívola”, sostuvo hoy el Premio Nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa.
“La inmensa cantidad de informaciones que se han publicado no tienen ningún valor político profundo y lo único para lo que sirven es para delatar querellas entre personas, prejuicios pequeñitos o, pura y simplemente, tonterías”, dijo en una entrevista que ofreció al diario chileno La Tercera.
Confesó que lo que más le ha llamado la atención de las revelaciones de los cables de la diplomacia estadounidense, es que “prevalece una inmensa chismografía, muy superficial, frívola, que hace las delicias de la prensa del corazón”.
Según dijo, eso es un “caso típico de luces y sombras”, de esos que Isaiah Berlin llamaba "las verdades contradictorias", pues en teoría es perfecto que todo salga a la luz del día; pero en la práctica eso es una “utopía insensata”.
Porque sin privacidad los gobiernos más democráticos quedarían sin posibilidades de actuar.
Abogó por ello por una legalidad que garantice el mayor acceso de la información, porque la desaparición de la confidencialidad podría destruir a las democracia por un "exceso de libertad".
“La información tiene que estar, de todas maneras, sometida a esa legalidad. Una legalidad que debe garantizar la mayor libertad posible en la información, desde luego, pero la desaparición de la confidencialidad y la privacidad a lo que conduce es a que las sociedades democráticas serían destruidas por un exceso, justamente, de esa libertad”.
Advirtió que eso favorecería a los regímenes donde organizaciones como Wikileaks no tienen ninguna posibilidad de existir.
“La inmensa cantidad de informaciones que se han publicado no tienen ningún valor político profundo y lo único para lo que sirven es para delatar querellas entre personas, prejuicios pequeñitos o, pura y simplemente, tonterías”, dijo en una entrevista que ofreció al diario chileno La Tercera.
Confesó que lo que más le ha llamado la atención de las revelaciones de los cables de la diplomacia estadounidense, es que “prevalece una inmensa chismografía, muy superficial, frívola, que hace las delicias de la prensa del corazón”.
Según dijo, eso es un “caso típico de luces y sombras”, de esos que Isaiah Berlin llamaba "las verdades contradictorias", pues en teoría es perfecto que todo salga a la luz del día; pero en la práctica eso es una “utopía insensata”.
Porque sin privacidad los gobiernos más democráticos quedarían sin posibilidades de actuar.
Abogó por ello por una legalidad que garantice el mayor acceso de la información, porque la desaparición de la confidencialidad podría destruir a las democracia por un "exceso de libertad".
“La información tiene que estar, de todas maneras, sometida a esa legalidad. Una legalidad que debe garantizar la mayor libertad posible en la información, desde luego, pero la desaparición de la confidencialidad y la privacidad a lo que conduce es a que las sociedades democráticas serían destruidas por un exceso, justamente, de esa libertad”.
Advirtió que eso favorecería a los regímenes donde organizaciones como Wikileaks no tienen ninguna posibilidad de existir.
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