Cuando llueven los elogios y la atención mundial sobre Facebook y su creador Mark Zuckerberg (seleccionado por la revista Timecomo el personaje del año) vale la pena mirar hacia atrás a lo logrado por uno de los precursores de las redes sociales.
Stewart Brand, una leyenda de la contracultura en California, EE.UU., creó en 1968 un catálogo de productos provenientes de todas partes del mundo y que promovían la creatividad y sostenibilidad ambiental.
The Whole Earth Catalogue(El catálogo de toda la Tierra) fue una de red social primitiva, una especie de comunidad alternativa que permitía que el consumidor se comunicara directamente con el proveedor para atender sus necesidades específicas.
A comienzos de los años ''80, el catálogo se vinculó a la era electrónica bajo el nombre de The Well(El Pozo), un sitio virtual donde sus miembros podían entablar conversaciones sinceras sobre una variedad de temas, desde el sentido de la vida y la naturaleza de la sexualidad hasta los méritos de los diferentes sistemas operacionales de las computadoras.
De un tajo, Stewart Brand combinó el mundo virtual con el mundo real.
Comunicación asíncrona
"Era un evento social, un evento tecnológico que en muchos aspectos antecedió la web. La gente se la pasaba horas conectada", comentó Brand en un programa de la BBC sobre el mundo cibernético.
Era una especie de "discusión en cámara lenta", donde el usuario se conectaba, leía o veía algunas cosas, hacía comentarios y luego, en el transcurso de unas horas, salía lo que otros decían al respecto.
"Esta comunicación asíncrona de alguna manera estimuló una intimidad que me sorprendió", reconoció.
El fenómeno se debió en gran parte a que The Wellle exigía a sus miembros revelar sus verdaderas identidades, aunque podían utilizar un seudónimo para ingresar.
El rechazo al anonimato -que era la norma en los primeros foros informáticos- y la interactividad entre las comunidades reales y virtuales son los mismos principios que años más tarde traerían tanto éxito a las redes sociales como MySpace, Facebook y Twitter.
Profético
Sin embargo, el formato que resultó ser profético, iba contra la corriente en ese entonces. La idea era que el anonimato liberaba a las personas para que se manifestaran libremente pero, al mismo tiempo, permitía los insultos mutuos sin ningún tipo de responsabilidad.
"Ejecutivos y científicos muy responsables, una vez dada la oportunidad de hablar desde el anonimato, lo hacían con tal sevicia y ferocidad que me quitaba el aliento", recalcó Brand.
Aunque la comunidad de The Wellfloreció, no resultó ser necesariamente un Jardín del Edén. Tanto Stewart Brand como otros pioneros de la nueva tecnología tuvieron que controlar el comportamiento de trolls(usuarios que intentan sabotear un foro con comentarios polémicos) que infestaban algunas de las conversaciones.
No obstante, el sitio se pudo sostener y aún se mantiene vigente unos 25 años después de fundado.
Creería uno, entonces, que alguien de la generación e ideología de Brand miraría con recelo el desarrollo abrumador de Facebook, con su contenido trivial y naturaleza comercial. Pero no es así.
"Facebook es fantástico", le dijo a la BBC. "Admiro muchos los instintos de Zuckerberg, aferrándose al no anonimato como parte fundamental de su compañía. Una identidad en Facebook es lo más valioso que ofrece".
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